La economía estadounidense enfrenta un momento decisivo, marcado tanto por las decisiones de la Reserva Federal como por las elecciones presidenciales de 2024. En este contexto, ¿cómo no sentir cierta incertidumbre? Los índices bursátiles, como el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq, han mostrado una volatilidad considerable en los últimos meses. Pero, ¿qué está detrás de estos movimientos? La respuesta incluye una mezcla de factores: la política monetaria, las tensiones geopolíticas y las expectativas de los inversores ante la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump.
El Delicado Equilibrio de Powell: ¿Subir o Bajar las Tasas?
Uno de los pilares que influye en la dirección de los mercados es, sin duda, la política monetaria de la Reserva Federal (Fed). ¿Cómo no estar atentos a cada paso que dé? Según una encuesta de la Asociación Nacional de Economía Empresarial (NABE), el 39% de los economistas citan un posible «error de política monetaria» como el mayor riesgo para la economía en los próximos 12 meses.
En ese sentido, las tasas de interés, usadas como principal arma contra la inflación, generan preocupación. Aunque la inflación «básica», excluyendo alimentos y energía, se ha estabilizado en torno al 2.6%-2.7% interanual, ¿es suficiente para un crecimiento estable? Algunos miembros de la Fed piensan que no. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha enfatizado que, aunque se han implementado recortes de tasas, las próximas decisiones serán más prudentes. ¿La clave? Los datos económicos.
La política monetaria, como Powell señaló, no seguirá un «rumbo preestablecido». Esto significa que el equilibrio entre controlar la inflación y mantener un mercado laboral saludable será un desafío constante.
Al mismo tiempo, la economía estadounidense muestra signos de desaceleración. En agosto, se sumaron solo 142,000 empleos, menos de lo esperado, y la tasa de desempleo subió al 4.2%, frente al 3.8% del año anterior. Esto genera una pregunta crucial: ¿podrá la economía mantener su impulso? Aunque el PIB creció un 3% en el segundo trimestre de 2024, las proyecciones sugieren que el crecimiento anual se estabilizará alrededor del 2.1%. ¿Será suficiente para evitar una recesión si las tasas no caen más rápido?
Harris o Trump: Dos Caminos, Un Mismo Destino Económico
Otro factor clave que mantiene a los inversores en vilo son las elecciones presidenciales. El 23% de los economistas encuestados por la NABE mencionaron que el resultado de las elecciones es uno de los principales riesgos para la economía en los próximos meses. Y no es para menos, ¿quién no estaría pendiente de los dos escenarios posibles? Una reelección de Donald Trump o la victoria de Kamala Harris.
Si Trump gana, podríamos ver un retorno a políticas que priorizan la desregulación y los recortes fiscales, lo que históricamente ha favorecido sectores como la energía y la manufactura. Pero, ¿a qué costo? Su administración anterior estuvo marcada por tensiones comerciales y una postura proteccionista, lo que podría generar incertidumbre en las relaciones comerciales, especialmente con México.
Por otro lado, si Kamala Harris resulta victoriosa, su enfoque probablemente estará en la reducción de la desigualdad, la sostenibilidad y un aumento de los impuestos corporativos. ¿Esto estabilizará la economía a largo plazo? Quizás, pero en el corto plazo, sectores como el tecnológico y el financiero podrían verse afectados por mayores regulaciones y cargas fiscales.
Geopolítica al Rojo Vivo: El Petróleo en el Centro del Debate Global
Además de las elecciones, las tensiones geopolíticas, especialmente en Oriente Medio, también juegan un papel importante. ¿Quién no ha notado el reciente aumento en los precios del petróleo? El crudo estadounidense subió un 4% tras la amenaza de un ataque iraní a Israel, lo que influyó en el rendimiento de los sectores energéticos del S&P 500. Mientras el sector tecnológico sufría caídas —con Tesla, Nvidia y Apple perdiendo más del 3%—, el sector energético mostró una resiliencia notable, con un aumento superior al 1%.
Pero, ¿cómo afectará esto a largo plazo? Las fluctuaciones en los precios del petróleo, junto con sanciones y conflictos, tienen el potencial de amplificar la volatilidad en los mercados. ¿Qué significa esto para los consumidores y las grandes corporaciones? Un desafío adicional, sin duda.
El Talón de Aquiles Económico: ¿Puede la Deuda Desencadenar una Crisis?
Un dato preocupante es el aumento en la deuda del consumidor. La deuda en tarjetas de crédito ha superado los 1,1 billones de dólares, y las tasas de morosidad en este tipo de deuda y en préstamos para automóviles están en su punto más alto en más de una década. ¿Qué nos dice esto? Que el consumidor estadounidense está cada vez más endeudado y tiene dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras, lo que podría frenar el crecimiento en el corto plazo.
Además, el modelo de probabilidad de recesión de la Reserva Federal de Nueva York estima que hay un 61.8% de posibilidades de que Estados Unidos entre en recesión en los próximos 12 meses. Con niveles de deuda elevados, un crecimiento económico moderado y una política monetaria incierta, ¿estamos preparados para lo que viene?
Culminación de la Onda 5: ¿Qué Significa para el Futuro del Mercado?
El S&P 500 ha completado las cinco ondas alcistas de una onda 5 de mayor grado, lo cual nos sugiere que hemos llegado al final de la tendencia alcista predominante. ¿Qué podemos esperar ahora? Según la teoría de Ondas de Elliott, se avecina una corrección significativa en el corto plazo. Esta corrección podría presentarse en una estructura A-B-C, llevándonos a niveles de soporte clave, posiblemente la zona de la onda 4 anterior. Así, el escenario invita a los inversionistas a ser cautelosos, ya que podríamos ver un ajuste importante en los precios, poniendo fin al actual impulso alcista.